Obesidad y sobrepeso

El sobrepeso y la obesidad conforman un problema de salud pública grave que actualmente adquirió características de pandemia. La cantidad de personas obesas en el mundo se triplicó en los últimos 40 años, alcanzando los 672 millones de adultos mayores de 18 años en 2018. En 2016, había alrededor de 381 millones de niños, niñas y adolescentes con sobrepeso u obesidad (OMS, 2017).

En la Argentina, el problema de la obesidad es también preocupante y tiene un crecimiento sostenido a lo largo de los años. En la población adulta pasó del 14,6% en 2005 al 20,8% en 2013, lo que implica un crecimiento del 42,5% (Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, ENFR 2005 y 2013).

Respecto de la prevalencia en niños, niñas y adolescentes, la Secretaría de Gobierno de Salud se encuentra desarrollando (a diciembre de 2018) la segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) y la Tercera Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE). La última información disponible de la ENNyS 2004/5 evidenciaba que la prevalencia de obesidad en niños y niñas entre 6 y 72 meses era del 10,4%.

Entre los adolescentes, según la última EMSE realizada en 2012, la prevalencia de obesidad entre estudiantes de 13 a 15 años fue de 5,9%.

La malnutrición por exceso y la obesidad en adultos están asociadas directamente con el crecimiento de enfermedades no transmisibles, principalmente de tipo cardiovasculares, accidentes cerebro vasculares y diabetes. Generan además apnea obstructiva del sueño y osteoartritis, afectan negativamente el rendimiento reproductivo y están asociadas a distintos tipos de cáncer (Nget al., 2014; NCD, 2016). Asimismo, la obesidad infantil está fuertemente vinculada con enfermedades no transmisibles como la diabetes y la enfermedad coronaria en la edad adulta (Llewellyn et al., 2016).

Otro estudio muestra que la obesidad infantil se asocia al engrosamiento de la íntima media carótidea en la edad adulta (Ajala et al., 2017).

La malnutrición y la obesidad infantil, además de vulnerar un derecho humano esencial, tienen impacto directo sobre el desarrollo de los países. En este sentido, la obesidad genera consecuencias económicas que implican costos directos e indirectos, que afectan la capacidad de generar ingresos, comprometen grandes cantidades de recursos públicos y privados, además de ser una importante carga para los sistemas de salud nacionales (CEPAL-WPF, 2017). Provoca asimismo un aumento de la mortalidad y la discapacidad (OMS, 2014), lo que impacta directamente sobre dimensiones poblacionales, ya que genera un retiro prematuro del mercado de trabajo y su consecuente impacto económico.

En cuanto a la educación, la obesidad infantil y adolescente implica mayores tasas de ausentismo en las escuelas, discriminación entre compañeros y menor rendimiento escolar. Está demostrado que la presencia de adultos obesos en el hogar incide sobre la obesidad entre los de menor edad, dado que comparten un mismo ámbito familiar y hábitos alimentarios poco saludables. También hay alrededor de cinco veces más de probabilidades de ser un obeso adulto cuando ya se fue obeso de niño o adolescente (Simmons et al., 2015).

La obesidad en adultos es uno de los factores determinantes que explican el crecimiento de las principales causas de mortalidad y morbilidad en el mundo (GBD, 2016; CEPAL-WPS, 2017; OECD, 2017). Esta carga no afecta a todos por igual sino de manera inequitativa, siendo más afectadas las poblaciones con bajos recursos socioeconómicos (Wang y Beydoun, 2007; Wang y Lobstein, 2006; Wang, 2011).

Existe una asociación directa entre la obesidad y el consumo de energía a través de alimentos y bebidas con un alto nivel de procesamiento, también conocidos como productos ultraprocesados (Vandevijvere et al., 2015).

Desde hace tiempo, la industria llevó adelante desarrollos tecnológicos en la elaboración de alimentos que multiplicaron la oferta de estos productos, que refuerzan los aspectos positivos de sabor, textura, aroma, etc., pero que son poco saludables y tienen impacto directo sobre la salud y el aumento de las enfermedades no transmisibles.

Asimismo, los productos ultraprocesados contienen menos proteínas, menos fibras, más azúcares libres, más sodio, alta densidad energética y más grasas totales y saturadas, cuyo consumo elevado promueve perfiles de nutrición perjudiciales.

El derecho a una alimentación adecuada es básico y se encuentra reafirmado en gran cantidad de declaraciones, pactos y convenciones internacionales suscriptas por la mayoría de los Estados del mundo.

Entre las recomendaciones de la Relatora del año 2016, se menciona la necesidad de establecer regulaciones de los productos y los entornos que garanticen el derecho a la alimentación adecuada, especialmente para los grupos en situación de mayor vulnerabilidad.

Disminuir la malnutrición por exceso, en especial la obesidad en niños, niñas y adolescentes, es clave para el desarrollo. No solo porque implica garantizar un derecho básico, sino porque es el momento del ciclo de vida en donde se determinan los hábitos y las conductas que tendrán consecuencias en el resto de la vida. Además, la mayor carga de enfermedad por obesidad (gasto en salud y pérdida de productividad) ocurre cuando los individuos son adultos, por lo que combatir la obesidad infantil constituye una oportunidad estratégica para frenar la pandemia de obesidad y disminuir a futuro las consecuencias económicas que acarrea.

El presente informe releva la evaluación de índices antropométricos (peso y talla) de niños, niñas y adolescentes reportados por las trazadoras del Programa SUMAR de la Secretaría de Gobierno de Salud del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación. El total de la población reportada por las trazadoras de este Programa resultó de gran utilidad para describir la situación nutricional de las personas que acceden a la atención del sistema público de salud, que implica uno de los focos principales de las políticas públicas. La obesidad infantil y adolescente no solo es un grave problema de salud pública con alto impacto económico, sino que aumenta el ausentismo en las escuelas y la discriminación entre compañeros, y genera un menor rendimiento escolar.